El uso inadecuado del sistema de luces de los coches puede provocar deslumbramientos a otros conductores. De hecho, es tal su peligrosidad que algunos actos como llevar las luces antiniebla puestas más de lo habitual, tener las luces fundidas o echar gasolina con las luces encendidas puede suponer una multa de hasta 200 euros.
Las situaciones de deslumbramiento, que se describe como la pérdida de visión momentánea a la hora de conducir, tanto de día como de noche, se dan en los siguientes casos:
1. Túneles. Los cambios de luz a la salida de los túneles pueden causarnos no ver bien durante unos segundos clave en los que nuestro coche recorrerá una distancia significante. Es fundamental no mirar directamente al foco de luz y utilizar la línea del borde derecho de la carretera como guía.
2. De noche. Especialmente en curvas o cambios de rasante, cuando nos encontramos con otros coches estos nos pueden deslumbrar. Para prevenirlo, es necesario evitar nuevamente mirar a la fuente de luz y volver a utilizar el borde derecho de la calzada como guía.
3. Cambio de luces. Si vemos que se aproxima un coche, será necesario pasar de luces largas a cortas para evitar deslumbrarle a él también.
4. Reflejos. Los reflejos en edificios o cristales también pueden deslumbrarnos. Usar gafas de sol nos evitará sufrir por estos reflejos.
5. Por la espalda. Los retrovisores también nos pueden provocar deslumbramientos por la luz que llega de atrás, hay que tener cuidado con, nuevamente no mirar fijamente al foco de luz y, si es de día, unas gafas de sol ayudarán con el problema.